E R M I T A - V I R G E N - A R R A R O
 

Después de varios años, decidimos volver a visitar la Ermita de Arraro, establecemos como punto de partida: La tejería (camino de San Cosme). Tiempo aproximado dos horas y media la ida, la vuelta un poco menos. Pista hasta las inmediaciones de la Fueba, unos metros antes hay que tomar una senda a mano derecha (indicada). Como en toda excursión llevar la indumentaria adecuada, botas, bastones,agua, móvil, ser conscientes de nuestras condiciones físicas, etc.




La pista desde la tejería va descendiendo, a mano izquierda dejamos la Ermita de Fabana, destaca entre un mar de pinos como si se tratase de pequeño islote. Atravesamos la cuenca fluvial del Calcón, posteriormente llegamos a la cuenca del Río Formiga, dejamos a mano izquierda un pequeño azud a través del cual se hace un pequeño trasvase entre las dos cuencas fluviales mencionadas. Esta imagen es del Río Formiga.


 
Vista de la cuenca fluvial del Río Formiga. La vegetación compuesta por pinos, carrascas, buchos y cajicos con sus caducas hojas doradas que a pesar de estar al final del invierno (fecha en la cual realizamos de nuevo esta excursión) resisten a caer. Las puntas de Upiesa, con sus tonalidades grises azuladas y alguna pincelada rojiza.
 


Tras cruzar el Río Formiga, ascendemos al Cuello de Upiesa, desde donde nos detenemos para recorrer el paisaje con la vista. En la imagen podemos ver la vertiente norte de Mondinero con su perfil escalonado y Fragineto. Estaremos atento al panel informativo que nos indica la Ermita, punto en el cual abandonaremos la pista para seguir por la senda que baja hasta el barranco de Upiesa, para posteriormente ir ascendiendo a las puntas de Arraro, podremos ver como en la ascensión el pino va desapareciendo dando paso a la carrasca y al bucho.




La ermita de la Virgen de Arraro, data del siglo XII, es de estilo románico. Ábside semicircular, los sillares de las primeras hileras (en la parte exterior) son de tonalidades más claras , los de las superiores adquieren tintes rojizos, algunos de ellos tienen esculpida una diagonal.




Las paredes de la ermita están semiderruidas, parte de los sillares han ido cayendo en su interior, también podemos ver alguna piedra de toba. Perimetralmente esta rodeada por un pequeño bosque de buchos. En este enclave estaba situada la aldea de Arraro. Durante la invasión de los moros sus habitantes emigraron.




En un macizo de conglomerado de forma troncocónica deforme se situaba el castillo, el cual enlazaba ópticamente con Santa Eulalia la Mayor, Montearagón, el Pueyo de Barbastro y el Castillo de los Santos (Sevil).
Cuando el rey Sancho Ramírez reconquistó el Somontano, el pueblo se repobló. Para después decaer y quedar reducido a una simple ermita.




Al estar situada en la cima de este pequeño pico se puede disfrutar de una gran vista en todas las direcciones. Por el norte (base de Cubilars) los estratos están dispuestos horizontalmente alternando coloraciones grisáceas con rojizas, los pinos también siguen esta misma disposición incorporando la tonalidad verde.




Vista de Cubilars desde el Molar.




Vista de la Sierra Guara desde la Fueba.




La fueba. Zona de pastos y huerta.




Zona de gran riqueza en flora y fauna. Nos encontramos con cajicos de grandes dimensiones. Su corteza gris, curtida con profundas grietas, en la cara norte presenta abundantes musgos.
 
 
 
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ww.marianoseral.com j. Mariano Seral