POR ARGUIS Y LA SIERRA DE BONES


 
 
 
Cristalinas aguas de Arguis doblegadas por la rigidez del férreo muro del embalse, margas que tiñen de tintes azulados las tierras, pequeñas verdes teselas de labor que se resisten a quedar yermas, caserío que permanece expectante ante la mansedumbre del elemento líquido, conjunto amurallado por la Sierra de Bonés, el pico del Águila y la sierra de Gratal, entre los cuales el Isuela toma vida. Citamos a Adolfo Castán-Lugares del Alto Aragón: “embalse proyectado por Francisco de Artigas iniciado hacia 1683, concluido en 1704 y recrecido en 1929. Como siempre recordar que cuando salimos al campo hay que llevar la indumentaria adecuada y ser consciente de nuestras condiciones físicas por sencillo que sea el recorrido.



   
Ermita de Nuestra Señora de Soldevilla, de planta rectangular, paredes de mampostería, dos contrafuertes en el muro norte y en el sur, rodeada por frondosa vegetación, puerta de acceso por el sur bajo dintel de mampostería, su interior asediado completamente por la verde maleza, con precaución entramos, desde su interior podemos ver la nitidez del cielo azul, de la techumbre resta un arco en el cual se utilizo piedra toba y parte de la bóveda de medio cañón. Consultamos la bibliografía de José Luis Aramendia el románico en Aragón: “Con muchas dudas se puede considerar románica la estructura de su construcción”, en dicha bibliografía incluye un retrato en el cual se aprecia que la bóveda del ábside todavía estaba en pie. Dicha ermita se emplaza en un altozano, desde este enclave contemplamos las escasas teselas que componen el paisaje agrícola al pie del embalse, una de ellas moteada de blanco por un rebaño de ovejas, el sonido de las esquillas se pierde en la lejanía.
 



   
 
Nos aproximamos a la población de Arguis por la vertiente sur, en la cual hay numerosas viviendas de nueva construcción, nos detenemos para observar una de las casas que destaca sobre el resto por su gran chimenea troncocónica, puerta de entrada claveteada, en ella figura la fecha de 1910, el llamador toma la forma del rostro de un león, bajo arco de medio punto , las paredes de mampostería, en la cara sur varias lajas servían de entrada a las palomas, en la vertiente oeste todavía son visibles los pétreos canes que tiempos atrás amarraban las canales, también como curiosidad podemos ver en una de las paredes el antiguo desagüe de losas de piedra. Las chimeneas en las zonas de montaña eran altas para evitar que la gélida nieve las cubriese, algunas de ellas rematadas por espantabrujas para ahuyentar a los malos espíritus.



   
La iglesia dedicada a San Miguel, en la vertiente este el ábside semicircular, son curiosos los modillones con sus caprichosas formas. Citamos de nuevo a José Luis Aramendía: “Es un edificio de tres tramos y planta rectangular. La nave tiene cubierta de lunetos y los arcos fajones apoyan en una cornisa sobre ménsulas. El ábside se cubre con cuarto de esfera. Solamente el ábside se puede considerar románico original”.
 



   
 

A la salida del pueblo seguimos por la N-330, carretera de la cual parte una senda debidamente señalizada que va ascendiendo dirección este, transcurre entre buchos y cajicos. Vamos contemplando el colorido y las geometrías del lienzo compuesto por el caserío de Arguis, las aguas del embalse en esta pequeña hondonada rodeada por la sierra de Gratal y el pico del Aguila.
 
   
En pocos minutos la senda cambia de rumbo y se dirige hacia el oeste.
   
Pasando de la vertiente sur a la norte, la vegetación cambia, aparece el erizón, pinos, y hayas, al ser zona de umbría la base de los troncos se recubre del aterciopelado del musgos, la vegetación se espesa creándose zonas de penumbra en las cuales apenas logra filtrarse algún destello solar.
   
Nos acercamos hasta el edificio de la ermita de la Magdalena del ss XVI-XVII, en la actualidad cumple las funciones de refugio, edificio de mampostería irregular, planta rectangular, tejado de losas de dos aguas, puerta de acceso por el este. Esta completamente rodada por un bosque de boj por lo cual hay que acceder por la vertiente norte.
   
Citamos a Adolfo Castán: “una nave abovedada y espacio absidial encogido con respecto a la nave y también con bóveda de medio cañón; testero plano”.
   
A escasos metros discurren las aguas del Flumen. Entre verdes pastos.
   
Mesón Nuebo. , en la vertiente sur podemos ver también algún balcón y se aprecia el desagüe de la fregadera de lajas de piedra. En una de las dependencia auxiliares en el dintel leemos esculpida la siguiente fecha: 1834.
   
También tenía oratorio, se mantiene en pie la puerta de acceso bajo arco de medio punto y parte de las paredes, la cabecera era semicircular, consultando el libro de Adolfo Castán - Lugares del Alto Aragón, que incluye una fotografía en la cual todavía se ven los muros en pie y el tejado del oratorio. “Vivienda despoblada en los años 1960. Casa con uso intermitente”..

Por Arguis y la Sierra de Bonés: pag1 - pag2
Documentación consultada: Mesas de interpretación de la zona. Lugares del Alto Aragón de Adolfo Castán.
 
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ww.marianoseral.com j. Mariano Seral