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ROMERIA
AL VIÑEDO Y EXPOSICIÓN EN EL MOLINO DE ACEITE |
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Viñedo,
1 de mayo del 2.011
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El
1 de mayo del 2011 tuvo lugar la tradicional romería a
la Virgen del Viñedo. En el molino de aceite tuvo lugar
una exposición de fotografías de la fauna de la
sierra Guara. |
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El
cielo amaneció con plomizas nubes, entre las cuales se
filtraba algún dorado destello solar.
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Cuenta la leyenda que la Santa imagen se apareció a un
pastorcillo entre las viñas, ante tal acontecimiento en
el lugar una ermita se erigió. Cada uno de mayo acuden
puntualmente a su cita las bruñidas cruces al frente de
la romería al compás del tañido campanil. |
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Las bruñidas cruces entre olivos y alcaceles se aproximan
a la ermita. |
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Olivos
centenarios y viñedos que fueron plantados por la curtida
mano del hombre, esa mano del hombre esclava del peculio hoy arranca
con melancolía esos grises troncos que se retuercen en
su longevidad, esas vides que daban buen vino, esos olivos que
daban buen aceite, dando paso a los verdes alcaceles. |
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Molino
de aceite. El labrador llevaba sus olivas al molino, en el algorín
el fruto negro azabache esperaba su molienda, mientras gira y
gira el ruello al mismo compás que la mula en su viaje
a ninguna parte, en la molienda el ciclópeo torno exprimía
hasta la última gota del fruto, manando el oro liquido
entre las esteras tal que si fuese una fontana, en la petra pila
el manso fluido reposaba ganando la pureza del oro líquido. |
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Exposición
de fotografías de la fauna de la sierra Guara. Exponen:
Luis Miguel Guerrero, José Luis Sainz, Alejandro Sanagustín,
Juan Carlos Albero, Manuel Martínez, Miguel Ángel
Bueno, Mariano Seral. |
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En
un pequeño estanque entre amarillas aliagas, verdes buchos,
verdes olivos, verdes encinas, se escucha el parpar de los ánades. |
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Bonita
y muy trabajada ambientación de la exposición en
el molino de aceite. |
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Olivos
centenarios y viñedos que fueron plantados por la curtida mano
del hombre, esa mano del hombre esclava del peculio hoy arranca con melancolía
esos grises troncos que se retuercen en su longevidad, esas vides que
daban buen vino, esos olivos que daban buen aceite, dando paso a los verdes
alcaceles.
Cuenta la leyenda que la Santa imagen se apareció a un pastorcillo
entre las viñas, ante tal acontecimiento en el lugar una ermita
se erigió. Cada uno de mayo acuden puntualmente a su cita las bruñidas
cruces al frente de la romería al compás del tañido
campanil.
Verdes alcaceles, verdes olivos, alineados almendros, algún desperdigado
viñedo, glaucos cajicos, le hacen compañía en la
floreciente mañana primaveral bajo la vigilante mirada de la atalaya
de Santa Eulalia.
El labrador llevaba sus olivas al molino, en el algorín el fruto
negro azabache esperaba su molienda, mientras gira y gira el ruello al
mismo compás que la mula en su viaje a ninguna parte, en la molienda
el ciclópeo torno exprimía hasta la última gota del
fruto, manando el oro liquido entre las esteras tal que si fuese una fontana,
en la pétrea pila el manso fluido reposaba ganando la pureza del
oro líquido.
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