MATAPAÑOS
 


 
 
 
En la excursión de hoy iremos a Matapaños, pasando por las puntas de Bail. Como en toda excursión llevaremos la indumentaria adecuada, llevar móvil, no ir solos, etc, la montaña siempre es superior a nosotros. Pasaremos por Santa Eulalia la Mayor, seguiremos la pista, una vez que dejamos los campos de Ziano a mano izquierda, pocos metros después estacionaremos nuestro vehículo ya que hay barrera que impide el paso de vehículos rodados. Seguiremos por la pista en zigzag que poco a poco va ganando altura.



   
En una de las curvas encontraremos un cartel que nos indica la Matosa podemos seguir por esta senda pero siempre dirección norte la cual nos llevará a las puntas de Bail, la senda transcurre entre pinos y erizón. En ese enclave (Bail) encontramos un cartel que nos indica los pozos de nieve, ruta que debemos seguir, pasamos por delante de los restos de estas construcciones,
 



   
 
una vez que pasamos los pozos de nieve seguimos la senda que toma rumbo norte, la subida aunque el desnivel es notable se hace cómoda.



   
podemos ver los Campos de Ziano, dándole una entidad propia a este paraje, campos de cultivo entre pinos, buchos, introduciendo un matiz más en el paisaje, desde esta posición se aprecia claramente que se trata de una pequeña depresión del terreno,
 



   
 

durante la ascensión, por terreno escarpado, entre erizón y buchos vamos ganando altura y disfrutando de la panorámica que nos ofrece este paraje, por la derecha las canales de Fragineto, tras sus crestas asoma el Tozal de Guara, también podemos ver el Borón Mondinero, por el norte Los Pirineos y la Sierra de Gabardiella

 
   
vamos cresteando entre un manto de espesa vegetación compuesto en su mayor parte por erizón. Toda este entorno poco a poco se fue despoblando una muestra de ello son los pozos de nieve, la ermita de Sescún, el Mesón de Santa Eulalia, la Matosa, el terreno dispuesto en bancales para el cultivo.
   
También podemos ver la Hoya de Huesca, los dorados de los campos de cereal conviven con los tonos rojizos de las parcelas recién labradas, entre los cuales se intercalan tonalidades verdes de las lindes y pequeños yermos formando un mosaico que en su conjunto adquiere una tonalidad de tintes cálidos estacionales, es la grandeza del lienzo del campo que le permite cambiar ofrecer diferentes matices, puede ofrecer en primavera un lienzo verde, en septiembre nos ofrece un lienzo de tintes rojizos de esas tierras labradas.
   
Nos situamos a la altura del vuelo de las rapaces, podemos sentir el sonido de su planear al cortar el aire, la silueta de su sombra se dibuja bajo nuestros pies, la brisa de las cimas nos azota, por unos minutos disfrutamos de la sensación de plena libertad al igual que la rapaz que nos sobrevuela oteando el paraje.
Avanzamos unos metros más y decidimos asomarnos al barranco de San Martín, para nuestra sorpresa oímos el repicar de las campanas y el bullicio de los romeros que acuden a la ermita

   

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ww.marianoseral.com j. Mariano Seral