DE SANTA EULALIA A VADIELLO
 


 
 
 
En la excursión de hoy iremos desde Santa Eulalia la Mayor a Vadiello. Los primeros tramos de la senda transcurren entre muros de piedra seca y buchos. Como en toda excursión llevaremos la indumentaria adecuada, ser conscientes de nuestras condiciones físicas, no ir solos, llevar móvil, etc, etc...



   
Llegamos a una fuente la cual daba agua al lavadero de forma rectangular, pasamos por encima de una piedra acanalada que hacía las veces de desagüe.
 



   
 
El terreno abancalado presenta los restos de algún muro de piedra seca también persiste entre el terreno yermo algún almendro queriendo dar testimonio de la historia de la actividad agrícola, en aquellos tiempos en los cuales se aprovechaba cualquier extensión de terreno por pequeña que fuese, dejamos a nuestra espalda la Atalaya.



   
El Tozal de Espiellos con sus 1151 m de altitud, en su parte superior se divisa una pared de piedra, la cual poco a poco es disgregada por los agentes atmosféricos, se aprecia en alguna zona resto de excrementos de los buitres.
 



   
 

Dirigimos nuestra mirada al Miscón con sus 849 metros de altitud su vertiente oeste presenta un escalonado irregular de la roca de tonalidades grisaceas azuladas con alguna pincelada rojiza, la vegetación de forma lenta pero pertinaz consigue echar raíces en las fisuras de las rozas añadiendo una pincelada verde al paisaje, la erosión disgrega las rocas dando lugar a los canchales, a los pies de este tozal el Río Guatizalema forma un meandro.




   
La extensión de terreno comprendida Entre Peña Pipre y el Miscón se aprecian signos de aterrazamiento para su cultivo, algún almendro, algún olivo, los restos de los muros de una pequeña edificación de mampostería, a fecha de hoy toda esta superficie en abandono.
 



   
 

Peña Pipre, gran mole de roca, que presenta gran numero de concavidades dispuestas en hileras regulares, fruto de la composición de los estratos que la componen, un pequeño mallo frente a la gran mole crea un efecto visual peculiar por el contraste de tamaños.




 

Desde esta perspectiva divisamos a lo lejos Fragineto y el Borón con sus crestones entre los cuales el Guatizalema junto con los barrancos que surcan estas formaciones contribuyeron a esculpir este paisaje pétreo de gran belleza y peculiaridad.




 

En el último tramo la senda confluye con la carretera, pasamos por los túneles, en los cuales las golondrinas han construido pacientemente algún nido.
El campo es un libro abierto, es una lectura de primera mano, el color de las rocas, la vegetación, los fósiles, la erosión, la disposición de los estratos, la forma de los picos, los restos de las construcciones de la mano del hombre, la flora, la fauna, etc, son los textos de esta lectura, al mismo tiempo podemos escuchar el sonido del campo: la fresca brisa de las primeras horas de la mañana, el murmullo del río, el cortar del vuelo de las rapaces ...


   

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ww.marianoseral.com j. Mariano Seral