Cada casa además de tener el huerto que se llamaba “de Casa”, por estar próximo a la vivienda o al pueblo tenía otro huerto que normalmente estaba situado a la ribera del barranco del Giscal o del Sotal, o al lado de un manantial. Para regar se aprovechaba el agua de estos barrancos o del manantial. En algunas ocasiones se construían balsas que se llenaban con el agua del barranco otras veces en el propio barranco se construían pequeños diques con el fin de acumular agua a modo de pequeños embalses, los cuales se abrían a la hora de regar.
Cuando el agua estaba por debajo del nivel del huerto era necesario elevarla para lo cual se construía un "ceprén", el cual se componía de un mástil terminado en su parte superior en "y" (en horquilla), su parte inferior se plantaba en el terreno como si de un árbol se tratase. Perpendicular a este mástil se ponía un tronco que se perforaba en el último tercio (en la parte más gruesa) también se perforaba la horquilla del mástil con la ayuda de una barrena, y se hacía pasar una barra que servía de eje entre el mástil y el tronco (ver figura), de forma que el tronco giraba en el mástil a modo de balancín. En la parte posterior de este tronco se ponía un contrapeso que eran piedras las cuales se ataban con alambre, del otro extremo se ataba una "percha" y en el extremo de esta se colocaba un pozal.
El funcionamiento de este artilugio era el siguiente: se tiraba de la "percha" hacia abajo hasta que el pozal llegaba al agua y se llenaba, una vez lleno el contrapeso le ayuda a elevarlo. La persona que manejaba este instrumento tenía que ser ágil y llenar el pozal con rapidez para conseguir un caudal de agua regular y poder ir regando. Era necesario que hubiese una segunda persona para dirigir el agua en el huerto, preferentemente se regaba por la mañana ya que el agua corre más.

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ww.marianoseral.com j. Mariano Seral