DIARIO DEL ALTOARAGÓN
Domingo, 31 de julio del 2011
Por J. Mariano Seral
DE SAN ROMÁN A YASO
 
En la jornada de hoy iniciaremos nuestra excursión en tierras de San Román, población a la cual se accede por un angosto vial asfaltado que parte de la A-1227 entre las localidades de Morrano y Bierge. En primera instancia nos acercamos hasta la ermita de Santa Quiteria, que se emplaza en la cima de un tozal, desde el cual podremos disfrutar de unas bellas vistas por los cuatro puntos cardinales, el huevo de Morrano, Bierge, Labata, Sieso, Casbas……dicha ermita es de planta rectangular, paredes de mampostería, esquinazos de sillarejo, el tejado semiderruido era de dos aguas, en alguno de los sillares de los esquinazos es visible esculpida la protectora cruz, en el muro este tres contrafuertes permaneces en posición vertical al inexorable paso del tiempo, la puerta de acceso por el muro oeste bajo arco de medio punto de dovelas de sillería al igual que las jambas y branquil. Por el norte alcanzamos a ver por un portillo los Pirineos, más al oeste contemplamos nuestra fiel compañera de viaje la sierra Guara con su color azulado de las calizas, la recorremos visualmente desde el tozal de Cubillas al de Guara pasando por el collado de Vallemona, tras disfrutar durante unos minutos de las bellas panorámicas que nos ofrece esta posición altanera, descendemos hasta el caserío de la población de San Román, en primer lugar visitamos la fuente de buena sillería, que ofrece un bonito conjunto de fuente con abrevadero y lavadero, todo muy cuidado. Transitamos por la única calle entre alguna vivienda reformada y otras semiderruidas, en una de las casas el colorido de las flores en sus ventanas denotan que está habitada. Nos aproximamos hasta la iglesia, frente a ella un bonito crucero de basa circular, fuste octogonal. La puerta de entrada orientada al oeste bajo arco de medio punto de ladrillos, muros de sillería y tapial, en la torre esquinazos y cadenas de sillería entre los cuales se intercala mampostería, el cuerpo superior de ladrillo en el cual permaneces las campanas, el chapitel también de ladrillo. A mano derecha podemos ver una pequeña plaza, en la cual destacan dos portaladas bajo arco de medio punto, una de ellas con un gran número de dovelas. En la otra fachada gran zócalo de sillería, balcón sobre canes, en la parte superior con arco de descarga de ladrillo, el resto de fachada de tapial con cadenas de ladrillo. A la salida del pueblo es visible algún pajar de mampostería y tapial, en compañía del ruello troncocónico para compactar la era antes de la trilla.
Continuamos por la pista dirección norte, entre las laderas y barranqueras queda espacio para los campos de olivos, almendros y cereal, amalgamando el paisaje agrícola. Un panel direccional nos indica Morrano y Yaso, dirección que seguimos, la senda se interna por la ladera oeste del tozal del Castil de Moros, en el cual según relata Adolfo Castán en su libro- Lugares del Alto Aragón: “debió de existir una torre medieval de la que pervive el solar con pedruscos informes”. La senda desemboca en una pista tras pasar por algún campo de olivos, almendros y cereal, seguimos por dicha pista unos metros dirección oeste hasta que llegamos a un cruce que se dirige a Yaso. En este punto antes de proseguir a nuestro destino final nos acercamos al río Formiga, con la finalidad de visitar el azud de la Virgen del Río, por un camino debidamente señalizado que pasa a ser senda , teniendo como destino final Sieso de Huesca. En algunos tramos nos fijamos en la inclinación de los estratos, también es curioso ver el aspecto alveolado de alguna de las rocas de arenisca, obra del fino cincel de la erosión. Una vez que llegamos al cauce del río tomamos una senda a mano derecha y en pocos minutos arribamos a dicho azud, en el cual es visible que se han llevado trabajos de consolidación, el azud cruza longitudinalmente el cauce sin curvatura y presenta un perfil escalonado con la finalidad de tener una mayor base, también se han colocando escaleras de madera en el talud este para poder descender al cauce y poder realizar una observación más detallada de esta construcción.
Volvemos al cruce de caminos y nos dirigimos a Yaso entre campos de olivos, almendros y cereal que adquieren tintes dorados debido a que se aproxima la época de siega, entre la maleza también observamos los restos de una construcción de mampostería de planta rectangular. La pista transcurre por la vertiente oeste del tozal de San Cristóbal, por la otra vertiente de dicho tozal discurre una pista que nos llevaría hasta Morrano.
En Yaso destaca la iglesia dedicada a San Andrés es de estilo románico. Citamos a José Luis Aramendía - El románico en Aragón: “de ábside románico muy alterada. Construida con piedra de sillería en su parte original y con tapial en su parte recrecida en el siglo XVIII, tiene planta rectangular única y ábside semicircular orientado al este”. Realizamos un recorrido entre su caserío destacando alguna puerta bajo arco de medio punto de dovelas cajeadas con jambas decoradas. Con la finalidad de acercarnos a la ermita de la Virgen de la Sierra, tomamos una pista dirección norte que parte unos metros más arriba de la salida del pueblo. En dicha pista hay tramos en los cuales sube con fuerte pendiente ganando altitud con rapidez, lo cual nos permite disfrutar de una bella panorámica, también podemos observar el caserío de Yaso y Morrano, a mano izquierda se queda Bastarás. Entre monte bajo y carrascas llegamos a los restos de la ermita de la Virgen de la Sierra, de planta rectangular, esquinazos de sillería, muros de mampostería, contrafuertes en el muro norte, destacan tres arcos diafragma apuntados de sillería, a duras penas se mantiene la parte del tejado del altar de teja árabe con orientación este, la puerta de acceso por el sur, resta sobre la jamba oeste el arranque del arco de entrada, en su interior un banco de mampostería en el muro norte, el suelo parte es de losas de piedra y la correspondiente al altar de ladrillo, sobre el altar todavía resta una hornacina de madera. Seguimos por la pista dirección norte, desde el punto de vista geológico podemos admirar la condición kársticas de la sierra, el agua desgasta la roca caliza dando lugar a formas caprichosas. Seguimos por una pista a mano derecha con la finalidad de observar el espolón sobre el cual se emplazaba el castillo de Naya, también divisamos la población de San Saturnino, Las Almunias. El cielo se va cubriendo de plomizas nubes por lo cual volvemos a Yaso, un panel direccional nos indica Morrano, San Román, el camino pasa por la base de un deposito de agua, algún hito de piedras marca la senda que pasa a ser pista hasta llegar a Morrano, realizamos un recorrido entre sus calles , arcos de medio punto y alguna puerta adintelada dan acceso a las viviendas, esquinazos y cadenas de sillería, algunas ventanas con rejas, balcones sobre canes, uno de ellos nos llama la atención ya que tiene motivos decorativos. En una de las viviendas en las molduras de la ventana a modo decorativo se han esculpido rostros humanos (tradición gótica).
“La Iglesia , dedicada a San Pedro, obra románica del s. XII, remodelada en los s.XVII y XVIII, “ (mesa de interpretación del entorno). Su torre nos llama la atención, tiene ventanas geminadas, en su construcción se utilizo sillares y en la parte superior ladrillo con dibujos que le da un carácter mudéjar. También podemos contemplar dos cruceros en los cuales el fuste ha sido reconstruido. En la parte sur tomamos la pista que nos llevará de nuevo hasta San Román.
Hoy nos despedimos con unas palabras en honor a la ermita de la Virgen de la Sierra: tres arcos de sillería sujetan el cielo añil, tres arcos de sillería miran la plateada luna, tres arcos de sillería contemplan el cielo iluminado por las estrellas, admiran el amanecer y atardecer. Con añoranza recuerda a sus vecinos de Yaso y Bastarás que oraban en su interior, añora los cánticos de sus vecinos, añora sus conversaciones si habrá buena siega,…… A su vera las aguas lamen la roca, cincelan su relieve, entre el gris azulado el vivo colorido de la flor, entre el gris de la caliza el verde de la encina. En época de cacería cientos de disparos resuenan entre sus muros, un alambre espino la separa de Bastarás. Su techumbre se desvaneció en el tictac del paso del tiempo.
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ww.marianoseral.com j. Mariano Seral